Universidad Pedagógica Nacional
Licenciatura en Filosofía/Seminario de filosofía contemporánea
Camila Andrea Parra Hernández
(Disculpen si me trabo un poco al hablar, ya vamos a final de semestre y no me acostumbro, les dejaré en la parte de abajo un link abierto para la descarga del documento directo, si lo necesitan para una lectura más cómoda)
Tejidos:
territorio-mujer[1],
territorio-cuerpo y territorio-tierra
No venimos al mundo
para ser violentadas
Lorena Cabnal
Los esfuerzos
por disciplinar nuestra diferencia y por obliterar nuestras supuestas
“anomalías” tropezaron —y siguen tropezando — con una heterogeneidad
proliferante, que se renueva y radicaliza a cada paso.
Silvia Rivera Cusicanqui, Un
mundo Ch’ixi es posible.
Nota Antes de leer
Las palabras
del feminismo comunitario me llevaron a entender mejor como se teje y se
desteje el pensamiento, desde la memoria-cuerpo y la memoria-tierra. Como dice
la mayora Inga Antonia Agreda, “lo que no se nombra no existe, lo que no existe
igual se violenta” y ese, a mi parecer, es el ejercicio que muchas feministas
han hecho, al mostrar estructuras, lógicas, prácticas, que legitiman,
violencia, crueldad y miseria en los cuerpos de las mujeres. El movimiento
feminista ha intentado abogar por una mejor vida, para cada persona desde
ejercicios críticos sobre sus experiencias.
Personalmente creo que no es fácil entender la complejidad del feminismo
comunitario expuesto por Francesca Gallardo en su libro. Sin embargo, a partir
de la palabra activa de Julieta Paredes, Adriana Guzmán, María Galindo y Lorena
Cabnal, a través de conferencias y entrevistas subidas a YouTube[2],
aclaran con mucha precisión el tema que voy a intentar explicar en este
escrito.
Breve contextualización[3]
El feminismo comunitario nació con la lucha de 23 años
del colectivo Mujeres Creando y también durante el proceso de cambio político que
vive el pueblo boliviano desde hace diez años. La preocupación por un ciclo en
el que las fuerzas globalizadoras permiten la acumulación de capital
transnacional y la privatización y mercantilización de recursos naturales tan
elementales como el agua, impulsó a varias mujeres indígenas aymaras,
feministas y lesbianas a reflexionar colectivamente sobre su posición política
frente al neoliberalismo. En 2001, después de una reflexión profunda sobre la
coyuntura política boliviana, Mujeres Creando se dividió y nació Mujeres Creando Comunidad. Posteriormente, en la insurrección del 2003 se
formó la Asamblea Feminista, actualmente Asamblea del Feminismo Comunitario
(Kusisita Warmi, Ruiz Marisa (14 de diciembre de 2013), Diagonal. Diagonal
Periódico[4]).
Introducción
Este texto
pretende explicar brevemente algunas de las nociones del feminismo comunitario
que aparecen en el libro Feminismos desde Abya Yala, ideas y proposiciones
de las mujeres de 607 pueblos en nuestra América de Francesca Gallardo
Celentani. Para ello, tomaré como referencia el capítulo tercero titulado: Los
feminismos comunitarios. Dónde se expone el surgimiento del feminismo
comunitario a partir de experiencias compartidas de algunas mujeres Xinkas y
Aymaras. Se narra su formación político-académica[5], y
la participación (activa) que ha venido ganando sus resistencias, luchas y
propuestas por una mejor vida para las mujeres. A partir de experiencias con
los territorios-cuerpo y el territorio tierra de Julieta Paredes y Lorena
Cabnal (citadas en todo el capítulo por Gallardo). De este apartado intentaré
exponer cómo se vienen tejiendo sus análisis teóricos-prácticos, desde
conceptos como: colonialismo, capitalismo, imperialismo, hegemonía,
neoliberalismo, patriarcado (entre otros).
Violencia
combinada
El feminismo comunitario es una herramienta construida en comunidades
indígenas como Aymara y Xinka, busca hacer una crítica constante
a las practicas opresoras que derivan de estructuras coloniales, imperiales,
neoliberales, capitalistas y patriarcales. Establecen el primer territorio
cuerpo, como pilar de análisis y resistencia ante modelos que legitiman la
violencia contra las mujeres y el territorio tierra. El feminismo comunitario
nace de la resistencia de los pueblos ancestrales ante la degradación de la
vida causada por el extractivismo masivo (abusivo) de recursos
naturales, esenciales para el sistema económico-político que favorece de manera
ciega la producción sobre la vida.
Las feministas comunitarias
creen que la crítica académica a los modelos opresores es insuficiente, porque
se debe trabajar activamente en la creación de herramientas que permitan plantear
soluciones desde las particularidades de su comunidad. Es decir, una
articulación practica desde una formación política feminista capaz de responder
a emociones, sentires, deseos, experiencias. Por ello, creen necesario pensar y
darles voz a las violencias “ocultas” en las comunidades indígenas. Violencias
que han vivido principalmente los cuerpos de las mujeres, desde la violación,
la guerra, las relaciones maritales forzadas (especialmente en las niñas), el
trabajo doméstico no remunerado, la poca o nula libertad reproductiva (entre
otras). No obstante, no se quiere decir que los hombres (hermanos) no viven
oprimidos, sino que su condición de hombre lo sitúa un escalón arriba de las
mujeres dentro de la estructura. Los diferentes sistemas están diseñados para
otorgar privilegios, alimentarios, territoriales, voz, voto principalmente a
hombres, excluyendo de tajo a las mujeres de decisiones que afectarán sus
vidas. En este sentido, las feministas comunitarias afirman:
El patriarcado es un sistema de muerte,
nos mata de hambre, las mujeres nos estamos muriendo porque parimos los hijos
no nos alimentamos bien, siempre esta primero todo antes que nosotras, ese
patriarcado nos deja flacas a piel y hueso, en cambio nuestros compañeros está
viendo todo eso mismo pero no está flaco, porque él tiene tiempo, comida y
todo, nosotras no tenemos ese tiempo, ellos deben pensarse desde sus
privilegios, buscar sus herramientas para luchar contra el patriarcado
(feminismo comunitario, 2015).
Desde
estos análisis, feministas comunitarias como Julieta Paredes y
Lorena Cabnal, piensan el patriarcado compuesto o el entronque patriarcal,
cuestionando prácticas o fundamentalismos étnicos que han legitimado,
perpetuado y recrudecido relaciones de poder en sus comunidades. Para explicar
la existencia de un patriarcado ancestral, ponen como referencia la historia de
la colonización. La suposición histórica (eurocéntrica), promovida por algunos
“intelectuales”, plantea que antes de “civilizar a los habitantes de América”,
no había nada en el territorio[6]. No existía
organización en las comunidades ni jerarquías entre los pobladores del
continente, sino fueron los europeos quiénes trajeron todo, incluido el trato
hacia las mujeres. Según Julieta Paredes[7] esta noción no
permite ver claramente que, en las prácticas de las comunidades antes de la
colonización, ya había ciertas formas de trato que permitían el dominio de los
hombres sobre cuerpos femeninos. Un ejemplo (ya nombrado) es el trato de los
cuerpos de las mujeres como botín de guerra en los conflictos entre las
comunidades[8]. Otro, es la
asignación de roles frente a prácticas de cuidado que se derivan en trabajo
doméstico no reconocido como: la crianza de las wawitas[9] , la alimentación
de la comunidad, el cuidado de los animales (si los hay) etc.…Dentro de una
configuración cosmogónica que sitúa a las mujeres en relación con la Tierra-
Madre y a los hombres con el Sol-Padre. Enlace que permite una lectura
funcional[10] y dicotómica de
los cuerpos, facilitando el trato jerarquizado de los hombres frente a las
mujeres[11]. En palabras de
Lorena Cabnal:
Cuando
en la espiritualidad se enuncia lo femenino de la naturaleza de la tierra y lo
masculino de los astros, como dice un artículo de Victoria Aldunate, se nos
figura como el macho fecundante y la hembra fecundada. En mucho el pensamiento
indígena es sumamente heterosexual[12], habla de la
complementariedad y la dualidad entre mujer y hombre, porque todas las
relaciones cosmogónicas que tienen los cuerpos con relación al agua y la
tierra, al cosmos, se inscriben en un planteamiento heterosexual. Lo sagrado
tiene un planteamiento filosófico esencialista fuerte y profundo que lo
sostiene, según el cual los hombres tienen que seguirlo reproduciendo tal cual,
y las mujeres quedamos ahí atrapadas. Empiezo entonces a darme cuenta por qué
“corazón del cielo y corazón de la tierra” son Madre Tierra y Padre Sol, y por
qué, hoy por hoy por muchos consejos de ancianos que tengamos, la vida de las
mujeres indígenas sigue siendo igual (p, 167).
Estos análisis
que hacen las feministas comunitarias van de la mano con sus experiencias de
vida, de mujeres que han sido obligadas a soportar no solo el patriarcado
ancestral, sino el recrudecimiento que se da por la combinación con el
patriarcado colonial[13].
A esto lo llaman entronque patriarcal (termino que ya había nombrado),
funcionalmente es explicado como una complicidad que se va gestando entre los
dos patriarcados desde la colonización. En palabras de Julieta Paredes: los
representantes colonos eran masculinos en su gran mayoría entonces quienes
tenían derecho a hablar con ellos, para tomar decisiones eran los hombres
(hermanos), esto comenzó a arrinconarnos, así tuviéramos un poco más de
libertad antes de la colonia, nos fue arrebatada poco a poco por la
confabulación que se fue creando (Julieta Paredes, 2015[14]).
A medida que la colonización avanzaba se mezclaron, recrudecieron y legitimaron
más violencias sobre los cuerpos de las mujeres, a partir de sistemas económicos,
ideológicos, políticos (etc.…) occidentales.
Algunas de las
mujeres Aymaras y Xinkas, creen actualmente que el problema de “todo” es el
patriarcado. Dónde los grandes representantes son hombres, de alguna manera
privilegiados, dentro de un sistema que no los violenta de facto por “nacer con
determinadas características atribuidas a un concepto, ejemplo: mujer”. Por
ello, el feminismo comunitario se ha forjado como elemento de reflexión
constante, no solo de la opresión de los hombres hacia las mujeres (como el
feminismo europeo), sino la opresión a los cuerpos (ejemplo: racismo), a la
naturaleza, a la memoria y a todo lo destruido por estas lógicas. En esa
medida, creen que debemos comenzar a hacer procesos de sanación, sobre los
cuerpos de las mujeres porque si sanas tú, sano yo (la sanación como camino
cósmico político, 2016). Cuerpos que han sido marcados y devastados por siglos
de dominio patriarcal, triplemente oprimidos y posicionados como objetos que
pueden ser explotados. En Palabras de Adriana Guzman y Julieta paredes:
La explotación
que genera el capitalismo, donde la humanidad aprende todos los días que la
sociedad puede explotar, se aprende en el cuerpo de las mujeres, porque en la
casa hay una mujer que hace todo el trabajo, un trabajo no reconocido, entonces
estamos viviendo al lado de alguien permanentemente explotada[15],
hay se sostiene el capitalismo, hacemos todo el trabajo y le beneficia es al
patrón al dueño de la fábrica, se aprende la explotación en el cuerpo de las mujeres
(Feminismo comunitario, 2015).
Una de las
caras más crudas que actualmente soportan los cuerpos de las mujeres indígenas
son el neoliberalismo[16] y
el capitalismo. Diferentes explotaciones a los territorios como: la minería, la
tala, la producción excesiva, han afectado de manera profunda cada uno de los
espacios que habitan. El daño a los suelos y las aguas, hace cada vez más
difícil la alimentación para las comunidades. Recuerdo cuando viaje a Puerto
Gaitán Meta con la profesora Consuelo Pabón al resguardo Guacoyo, habitado por
la comunidad Skuani. uno de los grandes problemas era la contaminación a las
aguas por parte de una petrolera (no pondré su nombre aquí). Esto provoco
sarpullido e irritación en piel de los niños que se bañaban con el agua,
también obligo a algunos hombres tenían que trabajar en la petrolera, así no
estuvieran de acuerdo con la explotación.
Conclusión
Creo que este
acercamiento al feminismo comunitario ha sido muy fructífero para mí, porque me
ha permitido entender mejor los finos hilos de pensamientos-prácticos que se incrustan
en lógicas hegemónicas, configurando nuestras vidas de ciertas maneras. En ese
sentido, creo que el pensar el cuerpo como territorio, acerca al entendimiento
de una experiencia compartida como mujeres y aun reconocimiento de sujetas
epistémicas (como diría Lorena Cabnal), dentro de una lógica estructural
patriarcal que ha legitimado las violencias contra los cuerpos y la naturaleza,
depredándolos a tal punto de llevar los diferentes territorios al colapso.
[1] Mujer
como concepto “abstracto” lo defino como la experiencia compartida de unos
cuerpos que son leídos de “una sola manera” (o bueno esa es la idea del título,
el tejido de todo lo que esta “separado”).
[2]
Cuando Julieta Paredes y Lorena Cabnal hablan en video, encuentro algo que no está
en el discurso escrito, un sentir que al ver y escuchar sus voces permite
apreciar otra manera sus ideas, pues crea acercamientos más íntimos. Que a mi
parecer genera nuevas formas de memoria y otras posibilidades fuera de las
academias hegemónicas para el estudio de los feminismos.
[3] No
considero necesario reescribir otra vez el inicio del feminismo comunitario,
sin embargo, añadiré un fragmento de un articulo que facilita esto, en el texto
base hay varias narraciones que cuentan mejor todo.
[4] Link: https://www.diagonalperiodico.net/saberes/21005-historia-y-memoria-del-feminismo-comunitario.html#:~:text=El%20feminismo%20comunitario%20naci%C3%B3%20con,boliviano%20desde%20hace%20diez%20a%C3%B1os.&text=Posteriormente%2C%20en%20la%20insurrecci%C3%B3n%20del,actualmente%20Asamblea%20del%20Feminismo%20Comunitario.
[5] Cuando hablo de formación académica me remito
a mi poco conocimiento sobre Julieta Paredes y María Galindo. A partir del
movimiento Mujeres creando de 2003, en el siguiente video, podrán encontrar de
dónde saco esta noción: https://www.youtube.com/watch?v=cEoQHzVZk_g (de
cerca- Julieta Paredes y María Galindo), me disculpo de antemano si hablo en términos
confusos.
[6] En
este punto intento ser fiel a las palabras de Julieta Paredes y Adriana Guzmán.
De ellas entendí, que al llegar los europeos “civilizados” al continente, se creó
un presupuesto sobre los habitantes de América, a partir de las nociones hegemónicas,
feudales, religiosas. Por lo cual, supone que no había modelos organizativos
(políticos, económicos, epistémicos, religiosos) consolidados como en Europa.
Lo que ponía como misión de occidentales religiosos implantar en América sus
propios modelos que apelaban a la apropiación, destitución y extracción de las
riquezas naturales continentales, en ello se incluye a las mujeres quiénes han
vivido las consecuencias más fuertes en este modelo.
[7] Aquí
decidí tomar la explicación de Julieta paredes y Adriana Guzmán que, a mi
parecer, en este video complementan muy bien el texto hecho por Gallardo https://www.youtube.com/watch?v=C6l2BnFCsyk
(feminismo comunitario).
[8] Un ejemplo que daba Julieta paredes era el sometimiento por parte de
los Incas a las otras comunidades.
[9]
Traduce niño o niña lactante del quechua en Bolivia.
[10] Para evitar mal entendidos, cuando uso este término me
refiero a la objetualizarían del cuerpo femenino como productor, es decir como
el ente pasivo que sirve para tener hijos y perpetuar una lógica en donde es
violentada, a eso Lorena Cabnal lo llama fundamentalismo étnico (ya he nombrado
este término).
[11]Arriesgándome
un poco, creó que al pensar el hombre en relación con el Sol crea un yo
abstracto, mientras que pensar a la mujer en relación con la tierra crea un yo
cuerpo que es acogido por esa relación con el cosmos (masculina) y no al
contrario.
[12] Aunque yo no
toque este tema dentro de la ponencia con la rigurosidad que se merece, se de
antemano que las feministas comunitarias hablan de diferentes identidades,
cuerpos, deseos, sentires, emociones (como: transexualidades), interpretan
mujer y hombre como identidades dentro de un sistema o al menos eso entendí.
[13] Esta idea la
pude relacionar con el patriarcado de baja intensidad (ancestral) y el
patriarcado de alta intensidad (colonial) de Rita Laura Segato.
[14] Este es un
parafraseo de mi parte de esta entrevista: https://www.youtube.com/watch?v=C6l2BnFCsyk
[15] En el racismo hay un cuerpo blanco que vale más que un
cuerpo que es indígena o negro, el extractivismo se sostiene en el cuerpo de
las mujeres, pasa con las mujeres, las abuelas que paren que tejen que cocinan,
hay la humanidad va aprendiendo que puede acabar con todo (Julieta Paredes,
Feminismo comunitario 2015).
[16] Según María
Galindo el sistema neoliberal es tecnócrata y maneja discursos de inclusión
meramente en la retórica, para complementar una” normalidad” o statu quo.
Referencias
Gallardo, F. (2014) Feminismos desde Abya Yala. Ideas y proposiciones de las mujeres de 607 pueblos en nuestra América. Editorial Corte y Confección.
Kusisita Warmi, Ruiz Marisa (14 de diciembre de 2013), Diagonal. Diagonal Periódico: https://www.diagonalperiodico.net/saberes/21005-historia-y-memoria-del-feminismo-comunitario.html#:~:text=El%20feminismo%20comunitario%20naci%C3%B3%20con,boliviano%20desde%20hace%20diez%20a%C3%B1os.&text=Posteriormente%2C%20en%20la%20insurrecci%C3%B3n%20del,actualmente%20Asamblea%20del%20Feminismo%20Comunitario.
Komanilel (21 de agosto de 2015). Feminismo comunitario. (archivo de video) recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=C6l2BnFCsyk
Canal abierto (29 de agosto de 2018). Entendimos que estábamos sometidas y subordinadas gracias al feminismo. (archivo de video) Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=CV0--RjTMBo
DW historias Latinas (9 de octubre de 2019). Lorena Cabnal, sanar de la violencia. (archivo video) recuperado: https://www.youtube.com/watch?v=U3zVvCafBrs&t=724s
Biblioteca virtual Carlos D. Mesa Gisbert (2 de mayo de 2017). De cerca, Julieta Paredes y María Galindo. (archivo video) recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=cEoQHzVZk_g
Canal UCR (28 de noviembre de 2016). La sanación como camino cósmico político. (archivo video) recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=TZlsGfoe328&t=1s
Link de descarga: https://1drv.ms/w/s!At7bb35HIZudi8lOs5dkBRaMk5XyHQ?e=PeHchh
Hola Camila, aquí dejo el link del comentario a la ponencia: https://youtu.be/GMNNBP2iFVY
ResponderBorrarGracias.
¡Hola Camila!
ResponderBorrarMuchas gracias por tu ponencia y por tu presentación oral. De hecho, quiero felicitarte, porque veo que ha habido mucho progreso en tus presentaciones, me alegra notar que quizás ahora te sientes más cómoda con este medio.
Me parece que en ambos textos haces aportes muy relevantes. La ponencia escrita es rigurosa, clara, bien estructurada y al mismo tiempo tu voz como autora se ve presente ahí. Creo que el ejercicio de ampliación bibliográfica, la indagación de varias pensadoras del feminismo comunitario y el recurso a sus entrevistas y material en YouTube es un aporte muy valioso y relevante. Como les he contado desde el inicio del curso, en este espacio es muy importante este ejercicio, y al mismo tiempo ese gesto político: las fuentes para hacer filosofía no son solo textos académicos "tradicionales". Como muy bien lo dices en tu video, el feminismo comunitario es pensamiento-acción, su componente teórico, su pensamiento no se puede separar de su práctica cotidiana, de sus vidas e historias, pero sobre todo de su acción y movilización política. Por eso, no solo te aproximas al tema de manera muy cuidadosa y atenta a esas particularidades del feminismo comunitario. Pues hacer una aproximación, como dices fría, académica, que extraiga tesis e información y descontextualice su saber sería una forma de ejercer violencia epistémica, esta es una de las formas coloniales de producir pensamiento en filosofía, una suerte de extractivismo epistémico, incapaz de comprender desde sus propios términos los pensamientos provenientes de comunidades indígenas o de entablar con estos diálogos realmente horizontales. En este sentido, también creo que es muy valioso entonces que tengas muy presente las luchas anticapitalistas y anticoloniales de estas comunidades: y sobre todo en ello el lugar que tiene la explotación de la naturaleza como central a sus luchas por el territorio.
Los feminismos comunitarios mayas y aymaras son para mi de los más bellos, potentes y maravillosos que existen. Admiro sus luchas y me siento vinculada afectivamente con su pensamiento. Una de las líneas más interesantes a mi juicio es la comprensión de la continuidad ontológica, política y epistémica entre el cuerpo de las mujeres y el territorio: la relación territorio-cuerpo y territorio-tierra. Me llama la atención que uses la expresión por la vía de la conexión con la memoria y me gustaría saber más al respecto, qué encontraste sobre este punto. Sobre todo porque la línea descolonial de estos feminismos tiene que ver con la temporalidad y la memoria tiene un lugar especial ahí. Me refiero al sentido en el cual la historia de los pueblos del Abya Yala es retrotraída al pasado, ubicada en una suerte de primitivismo por el avance colonial europeo y sus epistemologías también coloniales según las cuales Europa se posiciona como el presente, como el futuro, como el progreso, como el único civilización. Este es uno de los aspectos del etnocentrismo europeo y una de las banderas de la modernidad colonial.
(...)
La transición entre el territorio cuerpo y el territorio tierra tiene que ver entonces con la explotación, con las múltiples formas de la violencias sobre los cuerpos de las mujeres y los territorios feminizados por los colonizadores. Pero también tiene que ver con construcciones de comunidad con la vida, con la tierra, con seres y fuerzas de la naturaleza, que se oponen diametralmente a las formas occidentales de vivir que conciben a los seres humanos como seres individuales, atómicos, aislados de la vida, de lxs otrxs vivientes. Encuentro esta idea y las prácticas de vida asociadas a ella muy muy bellas y muy muy relevantes para nuestro tiempo en crisis planetaria. Especialmente bella me parece además la perspectiva crítica ante la heternormatividad de los pensamientos y prácticas cosmicopolíticas de los feminismos comunitarios.
ResponderBorrarHabría muchas más cosas que decir y que conversar sobre este tema. Muchas gracias por compartir tus reflexiones, y por contribuir a que esta sabiduría entre a espacios académicos como estos y quizás nos permita desarraigar muchos prejuicios y formas que hacen a la academia filosófica cómplice de las formas de la colonialidad y del patriarcado.
Hola mujer linda, en primer lugar, y dado que ya es el ultimo encuentro en el seminario, agradezco tu constante participación, decirte que tu blog es muy genial, nos compartes referencias, vídeos, experiencias y creaciones muy tuyas que nutren el aprendizaje de todos. Ahora bien y en relación a tu ponencia, considero que tocas puntos muy relevantes del los procesos y experiencias del feminismo comunitario de los pueblos Xinkas y Aymaras, a través de estas dos mujeres: Lorena Cabal y Julieta Paredes, ambas con procesos, aunque comunitarios, parten de experiencias muy distintas narradas de una manera muy charladita, agradable y salida un poco de la escritura académica que tanto reproducimos, pienso que eso lo lograste transmitir, explicas las problemáticas, los caminos seguidos y sus propuestas de manera clara y concisa, das énfasis en que, ellas parten de una actividad constate de reflexión, compartir de saberes, sentires y experiencias de mujeres comunitarias en sus contextos cosmogónicos de resistencia en la defensa del territorio tierra y territorio cuerpo. En gran parte me llamó la atención los procesos de dar cuenta de ese patriarcado ancestral, aparentemente “oculto”, pero sí evidenciado en las vivencias de las mujeres de estas comunidades, en tanto que son las condiciones en las que se encuentran, de “resistencia-derrota-resistencia” y de “incorporación-rechazo-incorporación” del entronque patriarcal, entre las tradiciones étnicas y lo colonial. Esto, junto con el énfasis que das en tu ponencia de la explotación de los territorios y los procesos de sanación, que me parece, expones y dejas activa la reflexión entre este vínculo continuo y constante entre territorio cuerpo y territorio tierra, del que tanto se habló en la sesión sincrónica sobre esta ponencia, es por esto que mi pregunta de interés a profundizar va dirigida a: Cómo podrías relacionar y esclarecernos más, la idea antes mencionada con la de el “buen vivir en su totalidad” o la de “Armonización cosmogónica” que Gargallo va exponiendo en las páginas 166 y 1667. De nuevo muchas gracias por todos tus aportes, palabras e intereses compartidos en este blog. Salud y que tengas bonitos días.
ResponderBorrarHola Camila y compañeras(os) espero se encuentren muy bien. Quisiera dejar mi intervención con respecto a la ponencia de Camila pidiendo de ante mano disculpas por la tardanza en mi intervención, creo a todos últimamente nos ha tocado algo pesado estos últimos días, sin embargo, dejo mis comentarios agradeciendo el trabajo que hiciste puesto que hubieron muchos conceptos aclaradores en tu ponencia. Así que aquí está mi intervención.
BorrarCamila plantea en su ponencia que el surgimiento del feminismo comunitario se da como una crítica a ese establecimiento y consolidación de ciertas prácticas opresoras, neoliberales, patriarcales entre otras. Considero entonces que uno de los aspectos más importantes en la intervención que da lugar a su ponencia parte precisamente de ese concepto de ´´Patriarcado ancestral´´ puesto que, si bien las hegemonías patriarcales del Colonialismo desplegaron un sistema de violencias no solo a nivel territorial sino también en los cuerpos de las mujeres, en todo este proceso de invasión, explotación y apoderamiento territorial.
Las practicas ancestrales tampoco se alejaban de este tipo de violencia, puesto que daban lugar a su naturalización en la que inclusive se jerarquizaba como lo dice Camila, el trato de los hombres hacia las mujeres. En este sentido uno de los aspectos que me resulta conflictivo en las prácticas de ciertas comunidades ancestrales, es precisamente esta relación emergente entre unos saberes cosmogónicos ritualísticos y ancestrales y la manera en como se da este proceso de sanación del cuerpo y del territorio sin que este proceso de sanación termine por romper los lazos culturales y ancestrales en los que se han visto inmersas estas mujeres; es decir, mi pregunta es: ¿ya sea dentro o fuera de este feminismo comunitario, se han podido generar discursos y procesos que no terminen por intervenir sus prácticas y costumbres ancestrales? esto teniendo en cuenta lo que planteaba Camila que se da en dentro de una cosmogonía ancestral en sus relaciones dicotómicas: Hombre fecundador- Mujer fecundada.
Espero haya sido clara mi inquietud ya que lo que me ha generado más interés, es como se dan esto procesos de sanación y de qué manera intervienen dentro de estas comunidades.
Buenas noches Camila, espero estés muy bien. Dando inicio a mi comentario, veo importante mencionar lo rica que encuentro tu exposición y tu ponencia, creo que logras hacer una lectura muy completa y que la complementas muy bien con las entrevistas y los pasajes anecdóticos que retomas. Honestamente, mi acercamiento al feminismo comunitario no es muy amplio, y esta, en términos generales, es de mis primeras aproximaciones a él.
ResponderBorrarHay una cuestión al respecto que me ha llamado mucho la atención, y es precisamente poner el foco no únicamente en la violencia patriarcal occidental, sino en las prácticas y cosmologías ancestrales. Veo este punto interesante en la medida en que, si bien es cierto que se debe luchar por la preservación de tribus nativas y comunidades indígenas, esto no tiene por qué servir de máscara encubridora de violencias hacia las mujeres. De este modo, retomo un poco del comentario hecho por el compañero Juan David Contreras, y pienso, es realmente necesario re-pensar y re- considerar política y críticamente las prácticas de las comunidades indígenas- nativas. No cuestiono de ningún modo la importancia de estas comunidades, pero si considero que es inadecuado luchar a toda costa por los derechos de estas tribus y comunidades pasando por alto las violencias que se ejercen y se legitiman al interior del/los grupos. Así las cosas, me parece importante una de las citas referenciadas en la ponencia, donde las feministas comunitarias mencionan ese escalón más arriba en que se encuentran los hombres de la comunidad en comparación con el lugar de las mujeres.
Por otro lado, y más a modo de inquietud personal, quisiera preguntarte, Camila, si has tenido o conoces de los procesos restauradores de derechos al interior de alguna comunidad indígena. Hace aproximadamente dos años tuve la oportunidad de viajar al Cauca y estar en un resguardo indígena de Corinto, donde en una experiencia un poco más íntima logré hablar con algunas de las mujeres del resguardo sobre su situación particular como mujeres en su comunidad, donde lo que pude notar fue que dadas las circunstancias tan violentas y tan demandantes, pensar en un espacio para discutir los temas de los derechos de las mujeres, era prácticamente una pérdida de tiempo y resultaba inútil para la coyuntura apremiante del momento. No obstante, aunque la pregunta te la dirijo a ti, no es únicamente para ti, quisiera saber si en general alguna o algún participante del seminario ha tenido acercamientos o si tiene algo que decir al respecto.
Camila, muchas gracias por compartirnos tu trabajo y en general el contenido que has subido al blog, es muy valioso y constructivo para quienes no conocíamos algunas cosas. Saludos.