Pensamientos…

Es una pequeña reflexión respecto al concepto de mujer.

Recuerdos:

Yo no me siento mujer a mí me construyeron mujer

Desde que poseo memoria jamás me sentido mujer, quizá nunca comprendí el significado ni las implicaciones hasta ahora. En el transcurso de mi vida intentaron introyectarme a un rol del cuidado y protección mediante una figura paterna muy marcada. Mi padre me acompaño en mis primeros años de vida e intentó hacer de mi alguien “fuerte” e “independiente”, en sus palabras esto significaba no depender emocionalmente de nadie sino solo de sí mismo. Constantemente adoptaba posturas en las que yo debía aprender a valerme por mi misma, si me caía y me golpeaba tenía que levantarme sin llorar, tampoco podía expresar mis emociones abiertamente, pues para él lo correcto era guardarlas entre los cajones de la memoria y reflexionar sobre ellas en soledad. Hoy al pensar detenidamente esto creo que parte de mi fue criada desde su experiencia de ser hombre en una sociedad que no le permitió buscar alternativas abiertamente.

He logrado entender que parte de mi silencio la forma en que crecí y es algo contradictorio saben, pues mi madre es alguien que expresa sus emociones de dolor de manera muy corporal. Cosa que también aprendí a hacer, pero desconectada simultáneamente de aquello que, aun hoy, no puedo expresar. Algunos que vean el problema por encima me dirían que he reprimido y somatizado parte de esas emociones, sin embargo, yo no creo que sea así del todo.

Cuando era más joven creía ingenuamente no tener nada de mis padres, ahora que me he sentado a reflexionarlo he descubierto mucho de ellos en mí. Y no es algo que me moleste del todo, pero si considero que debe ser cuestionado y cambiado, creó que gran parte de lo que somos es aquello que hicieron con nosotros, pero eso no quiere decir que ello debe determinarnos de una manera para “siempre”. Comencé este escrito explicando que no “nunca” me sentí mujer porque mi crianza, al menos en los primeros 10 años de vida no fue desde la adquisición de un rol. Solían repetirme casi incansablemente “debes estudiar” para llegar a ser una buena abogada o medico (hoy creo que son los sueños frustrados de mi padre). La mayoría de mis juguetes eran fichas para armar estructuras, quizá uno que otro rompecabezas y algunos muñecos (las muñecas de plástico me dan miedo). Creo que mi padre consideraba que yo no podía ser sumisa en algunos aspectos, pero en otros si, como en la ropa, curiosamente a él le gustaba elegir atuendos muy “femeninos”, faldas, vestidos con encajes, pantalones ceñidos y blusas cortas. A mí en lo personal no me agradaba vestirme así, porque da poca movilidad y no podía jugar en el piso sin recibir un regaño por romper o ensuciar la ropa.

Encuentro en mí, aspectos muy contradictorios, pues, por un lado, esta ese fortalecimiento intelectual que él quería darme y por el otro se molestaba conmigo si no me ponía “ropa de señorita”. Tuvimos muchas peleas (pendejas) por los vestuarios, incluso un día le dije eres víctima de tu propio invento, no le causó gracia alguna ese comentario. Aun así, hasta muy entrada mi juventud no comprendí nada de esto a fondo, incluso me vi muy conflictuada porque mi figura de protección primaria era mi padre ya que no pude tener del todo una buena relación con mi mamá.

En parte eso de ser mujer yo no lo entendía, para mi todas eran personas, y en esa medida podían ser o no ser violentas y abusivas. En el pasado no les tenía mucha confianza a mis figuras maternas, ni a mis amigas, solía generalizar sus comportamientos y muy fácilmente los tomaba como agresión. Era muy complicado para mi confiar en los demás o en alguien que no fuera mi papá, en parte él me trasmitió algunos de sus miedos, ya que, al crecer casi en la calle desarrolló muchos traumas que hoy desembocan en una obsesión con el trabajo y una profunda desconfianza hacia el mundo.

Cuando me separaron de él, fue algo muy complejo, porque mis padres constantemente peleaban por quedarse conmigo, lo trágico de todo es que al cuidado de mi madre yo fui atacada de diferentes maneras, cosa que nunca pasó en casa de mi padre. Con este comentario no busco adjudicar culpas hoy soy consciente que ellos (en especial mi mamá) confió en su familia y la defraudaron de muchas maneras. Debo confesar que muchos años después entendí de mejor manera todo lo que me estaba pasando, fue un golpe bastante duro, darme cuenta que el nacer “como mujer”, “está configurado” socialmente de una manera biológica, de rol y actitud que de una u otra manera es aprovechado para violentar de múltiples maneras nuestros cuerpos.

Esta es la primera parte de la reflexión, tengan en cuenta que aún debo corregirla y repensar las formas de expresarlas.

Quizá esta sea una de las canciones que más escucho últimamente, la quiero compartir con ustedes.



Mi fragmento favorito

Tengo una cicatriz de hace siglos

Tengo mil heridas en el ombligo

Y soy una bruja rebelde que ya no se traga el olvido

Comentarios

Entradas más populares de este blog